sábado, 18 de julio de 2009

AFILADOS


Pero SI soy Caperucita y mamá hizo una sopa que borborita para llevarle a la abuelita...
Dónde se esconde el lobo que calza patines??...creo que ESTÁ oculto tras aquellos árboles... acaso cree que Caperucita ve HOJAS en vez de lobo?? el girar de las ruedas de los patines entorpece el río de ideas caninas... pensará usar colmillos en vez de LECHUGA??
Las ruedas de bicicleta se deslizan mejor por los senderos del bosque... y EL pobre con patines blancos de ruedas mochas.
Y en todo caso también calzo zapatitos negros de BUENA punta, mamá los estuvo afilando esta mañana.
Lobo, lobito, lobezno, lobizón, Caperucita este domingo SALE de excursión...
Preparánse, apúntense, y tirénse que abuelita estuvo encerando esta mañana.

6 comentarios:

Enver el ultimo. dijo...

Creo que estuve ahi, recuerdo vagamente porque las noches de luna llena me pasa eso que me convierto y despierto por ahi sin ropa ni memoria, nunca me gustò que al final le abrieran el estomago al pobre lobo, el lobo està tranquilo en su casa que es el bosque (o sea que es Bosquimano) y se le van a meter solitas a la boca, es un modo de decir,ya lo sé, cuando pibes mejor no hablar de ciertas cosas pero todos lo saben y lo comentan El lobo, la abuela y la colorada en un triangulo de amor y lujuria.
Ademàs con esos zapatos tan sensuales....

Daniela Falcón dijo...

Estos cuentos nórdicos si que dan para muchas interpretaciones y la verdad que de infantiles no tienen mucho, pero se los entregan a los niños un poco maquillados de inocencia y todo anda bien.
Mi primera versión fue una Caperucita en dos ruedas, muy dark y artista de dibujos bastante demoníacos, nada más que calzaba chatitas.
Esta versión es muy diferente a los rojos de Dorothy, cierto?? pero conserva el glamour.

Enver el ultimo. dijo...

y que lo digas...

Daniela Falcón dijo...

y que lo digo :)

saludos!!!

David Ramírez Peláez dijo...

Te traigo a memoria un textito que tiene algo de relación con este susodicho escrito de caperucita:

Una vez, cerca de la casa de risas, vivía un prende-fuego, que había leído mil veces el manual del analfabeta. Este fosforito, que por cierto era un charco, era amigo del juajuajuax (payasito). No dependía, como muchos otros, de poseer bayonetas en suspensión. Y mañana va a empezar a tener lupolipafobia, o sea: temor a ser perseguido por un hombre-lobo alrededor de una mesa de cocina mientras se anda en calcetines y el suelo está encerado. Hace muchos años, en un hormiguero muy lejano... fosforito se entró al susodicho nido montando en "Caballos azules" de Franz Marc. Causó revuelo inmediato, y llega su canario a salvarlo con un lanzallamas, que lo atrajo y lo levantó en vilo. "Dejar de notificarme por respuestas", le dijo a Joaco el cartero, que vive allá en Manizales. "No quiero más respuestas". Y ocurre lo insospechado: estando junto a la mesa de cocina de Joaco, sin zapatos y el suelo encerado, aparece de la nada un hombre lobo, un lobo horrible y aterrador que se dispuso a atacarlo... pero él todavía no tenía lupolipafobia, así que, como hablándole a la bayoneta, le dijo: "Yo no soy Caperucita, sino la sopita que borborita".

Verdad que sí tiene relacion??

Daniela Falcón dijo...

Jo joj niño David... pero si también tenes parte en este relato, vos prendiste el fuego, yo tomé la antorcha... compartamos el cartel de incendiarios, jaj

saludos!!!