sábado, 30 de mayo de 2009

LA SUSTANCIA DE LA NOCHE



No sé por qué, pero hay veces en que las noches parecen estar hechas de otra sustancia, una sustancia espesa, como una jalea de magia, o extrañamiento, o misterio.
Noches en las que uno es como nunca espectador del mundo y se siente un poco dislocado, pero increíblemente receptivo de imágenes irrepetibles, imposibles de olvidar.
Sucede en una calurosa noche de diciembre o también podría darse en algún mayo ventoso con la misma sensación: inmóviles espectadores de algo único.
Si vas en un auto tus ojos miran atentos y la cabeza quisiera salirse de ahí, si vas caminado te quedas parado de repente como fulminado de quietud y eres "todo ojos".
Son momentos que se recortan como cuadros del mundo que los rodea, que la sustancia de la noche atrapa, atrapándonos.
Y es al otro día que nos despertamos raros, como si por alguna trama inexplicable del destino, hubiéramos sido elegidos para contemplar el prodigio.

viernes, 8 de mayo de 2009

LIBRO AMARILLO


Un libro amarillo contiene todas las mañanas del verano,
esos luminosos campos de trigo que se ondulan con mi respiración.
Un libro que parece un libro pero en realidad es una caja mágica
de la que brotan ríos de miel con nadadores veloces y no diabéticos,
submarinos cargados de monedas de oro,
jarras rebosantes de limonada,
rayos que espadean el gris otoñal,
brazos naranjas de manos fuertes que apretan y abrazan amaneceres.
Un libro amarillo es un libro que me gustaría regalar
y un libro que me gustaría recibir.